Hablar de “equipos”
se ha popularizado hoy en día, es un tema muy utilizado y la gente califica
como equipo cualquier grupo aleatorio de personas; incluso en el ámbito
empresarial, donde es muy importante y, tal vez, más importante, saber qué es
un equipo y cómo utilizarlo para el éxito, se ve con mucha ligereza. Pero, un
equipo no es un grupo aleatorio de persona; un equipo es, un conjunto de
personas que se reúnen para lograr un propósito concreto; en términos de
empresa, un equipo de empresa se crea para realizar tareas concretas. Por
ejemplo, un equipo de investigación científica trata de inventar o desarrollar
algo; un equipo deportivo procura ganar un evento deportivo para sus aficionados
e, incluso, para un país entero. Igualmente, existen varios tipos de equipos,
con diferente cantidad de miembros y objetivos, pero todos están unidos por un
denominador común: procuran alcanzar un objetivo común.
Indudablemente, un
equipo es una combinación única de personas, pues cualquiera sea la forma en
que se organice, al final es un grupo de personas con cualidades particulares
pero complementarias. Finalmente resulta ser un grupo de personas con
cualidades propias y, esta es una característica esencial de un equipo. Por
ejemplo, en un equipo corporativo, hay visualizadores, ejecutores,
planificadores, pensadores y otros con características y actividades
particulares; todas esas personas tienen méritos diferentes y eso es lo que los
mantiene en el equipo y aunque sus méritos y cualidades son diferentes, están
alineados de tal manera que se complementan con las cualidades de las otras
personas. Esto es, precisamente, lo que hace que un equipo sea una fuerza como
un todo.
Sabemos que no
somos perfectos y que todos tenemos fortalezas y debilidades y, de ahí surge la
necesidad de crear equipos. Cuando se intenta formar un equipo, de forma consciente
o inconsciente, tratamos de unir personas con diferentes talentos, en donde no
todos tienen los mismos talentos, pero sí, las mismas intenciones. Se trata de
que cada persona pueda hacer determinado trabajo para lograr el mismo objetivo.
En la mayoría de los casos, los equipos necesitan un jefe de equipo. Es el líder del equipo que se constituye en la fuerza de cohesión que mantiene unidos a los miembros del mismo. Su labor es vital, ya que actúa como la amalgama que mantiene unidos a los miembros, al tiempo que establece y enfatiza los objetivos e ideales del equipo.
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