Los equipos se construyen sobre ideas. Aunque lo que les sigue impulsando es el objetivo común que todos persiguen, lo que les empuja hasta allí es la forma en que plantean sus ideas. En realidad, la generación de ideas, es lo mejor de formar parte de un equipo. Los equipos están formados por varias personas y cada una genera ideas propias. Como no todas esas ideas se pueden poner en práctica, la vía que suelen adoptar los equipos es encontrar la idea más óptima de entre todas las sugerencias que se reciben. Así, se construye una idea que es la más aceptable para todos y también la más viable.
Crear ideas
es uno de los puntos fuertes de formar parte de un equipo. Individualmente
podemos ser bastante creativos, pero cuando formamos una idea a partir de las
aportaciones recogidas de varios miembros del mismo equipo nuestro, le damos un
giro totalmente distinto a las cosas.
Por eso,
como jefe de equipo, una de tus máximas prioridades es permitir el mayor
intercambio de ideas posible en tu equipo. De hecho, debes hacer todo lo
posible por fomentar dicho intercambio de ideas. Gracias a ello pueden ocurrir
varias cosas
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Consigues
una solución que funciona para todos.
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Se
tiene en cuenta la opinión de la mayoría, que, en la mayoría de los casos, es
también la solución más óptima.
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Se
llega a saber lo que piensan los miembros del equipo sobre la situación en
cuestión.
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Estás
estimulando a los miembros del equipo a pensar y, por lo tanto, están
participando en los esfuerzos del equipo.
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Se
anima a los miembros del equipo a acercarse unos a otros, lo que hacen cuando
intercambian ideas.
Promueva en su equipo, la ge- neración de ideas e intercam- bio de éstas. |
Por lo
tanto, debes intentar que tu equipo genere tanas ideas como sea posible. Reúnelos
siempre que haya una situación que justifique el debate y deja que pongan en
común sus ideas. Además de obtener una solución maravillosa, también
conseguirás un equipo más fuerte.
Los fallos dentro del equipo no significan que el
equipo haya fracasado
Esto es
algo que alguna vez ocurrirá: tu equipo no podrá cumplir los objetivos que se
ha fijado. Puede que no sea capaz de cumplir un plazo o de encontrar una
solución viable o aceptable para una tarea que se le haya encomendado. O puede
que sea un equipo derrotado por otro. Cuando suceden estas cosas, todo el mundo
puede sentirse deprimido. Pero uno no puede quedarse rumiando los fracasos, ¿te
parece?
Lo primero
que hay que recordar aquí, es que cuando un equipo fracasa, no es el fracaso de
todas y cada una de las personas que lo componen. Al menos, no es así en
sentido práctico. En la mayoría de los casos, un equipo fracasa por culpa de
algunos de sus miembros. Tal vez esos miembros no dieron lo mejor de sí mismos,
mientras que el resto de los miembros del equipo sí lo hicieron. Los fracasos
de un equipo son definitivamente más personales e individualistas que sus
éxitos.
Lo anterior
puede tener una solución práctica. La solución es abordar el problema y no
culpar al equipo. Culpar al equipo también degradará a los miembros que
realmente han trabajado duro. Aparte de ser injusto para ellos, esto también
será perjudicial para cualquier actividad futura del equipo, porque estos
miembros albergarán una sensación de inutilidad en lo que hacen. Pensarán que,
aunque den lo mejor de sí mismos, es probable que otra persona vuelva a
arruinar la tarea y que ellos también se verán envueltos en el fracaso; así que
no se molestan en dar lo mejor de sí mismos.
Cuando un
equipo fracasa, asegúrate de abordar el problema de forma individual. Tu equipo
puede seguir siendo muy bueno si encuentra alguna solución a este problema.
Abordar el problema de forma individual restablece la confianza en el equipo y
permite que el equipo siga funcionando bien en futuras tareas.
Lo visto
hasta aquí, te da algunas pautas que te hacen falta para que tu equipo dé lo
mejor de sí mismo; lo visto, puede ayudarte a ser un jefe de equipo eficiente y
sacar el máximo rendimiento de tu equipo. Sigue adelante y haz que tu equipo
sea un equipo formidable.
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