La preocupación va y viene, con frecuencia son estados intermitentes que vienen y desaparecen. Afectan nuestras mentes y cuerpos y se crea un sistema fuerte que combaten contra usted para afectar su vida. Es necesario que usted tome las medidas necesarias para parar esos estados de preocupación cuando se hacen recurrentes y prolongados. Con prácticas sencillas y bien conocidas, pero que con frecuencia pasamos por alto podemos combatir o minimizar los efectos negativos de las preocupaciones.
Cualquier forma de
ejercicio físico en el que pueda concentrarse alejará su mente, por mucho, de sus
preocupaciones. Por ejemplo: paseos cortos, deportes diversos con sus hijos,
nietos o amigos. Lo importante es mantenerse en movimiento y concentrarse en el
estado de su cuerpo, procurar que su cuerpo se sienta bien en términos
generales. Todo esto, que más allá de los ejercicios y el movimiento que su
cuerpo requiere, puede incluir el contacto con la naturaleza ayuda la limpieza
de su mente y a los efectos secundarios que las preocupaciones causan en su
cuerpo, que llevan, incluso, a la tensión y al estrés. Prácticas como el Yoga y
Tai Chi que se basan en gran parte en ejercicios de respiración y movimientos son
prácticas que han ayudado a muchas personas a vencer sus preocupaciones y
aliviar sus efectos negativos.
Muy utilizada es la meditación como estrategia para
combatir las preocupaciones; ésta consiste en concentrarse en su cuerpo y en su
estado actual: su respiración, cómo se siente y cualquier otra cosa que lo pueda
llevar a una meditación guiada. La meditación también enseña a reconocer las
interrupciones o los pensamientos esporádicos de preocupación y llevarlos a la
práctica de la meditación. Este tipo de entrenamiento puede ayudarlo a no verse
afectado por los ciclos de preocupación en su vida cotidiana.
Una práctica utilizada por algunas personas con
grandes resultados es la relajación muscular progresiva. Esta práctica requiere
que tense y luego relaje músculos específicos de su cuerpo. Hacer esto suele
requerir de una profunda concentración a medida que flexiona los músculos y es
posible que usted no esté acostumbrado a este tipo de práctica por lo que
tendría que ejercitarse en ello.
Los ejercicios de respiración profunda
mencionados anteriormente pueden ayudar a reducir la frecuencia cardíaca y
concentrarse en su cuerpo. De este tipo de ejercicios puede encontrar varios en
línea; puede simplemente hacer ejercicios de respiración profunda y exhalación
y mejor si lo hace con temporizador y extendiendo paulatinamente sus
ejercicios.
Cuando la preocupación parece atacar desde
diferentes trincheras, tómese el tiempo para explorar las prácticas expuestas que
le pueden ayudar a frenar sus preocupaciones. Es necesario cambiar la
perspectiva previamente dibujada en su mente y que está ocasionando sus
preocupaciones; cambiando esa perspectiva y frenando las preocupaciones podrá
afrontar con libertad aquellas situaciones que requieren su atención desde otros
puntos de vista o con otras estrategias.
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